ABORTO EN CASA

ABORTO EN CASA: ¿SERVICIO ESENCIAL?

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“El aborto es un servicio esencial, se considera esencial porque no se interrumpe en tiempos de cuarentena. Muchas cosas se interrumpen, pero el aborto debe seguir disponible”.

Esta es una afirmación hecha por un canal de YouTube proaborto, en el cual se está promoviendo la práctica de realizar abortos desde casa durante este tiempo de cuarentena, enfatizando que este procedimiento no genera un riesgo ni físico ni emocional para la mujer.

En tanto que el confinamiento obligatorio permanezca, podría haber un aumento en embarazos no deseados. Además de la falta de planificación, la anticoncepción se puede volver más difícil de controlar, ya sea porque la mujer no puede acceder a su actual método anticonceptivo; o porque las farmacias dispensan los medicamentos con atraso; o porque las mujeres se encuentran en situaciones de abuso en mayor riesgo.

A la fecha, no solo en Europa más en todo el mundo las clínicas que ofrecen servicios de aborto han cerrado o limitado sus servicios. Por este motivo, hoy más que nunca se ha difundido el uso de la telemedicina como vía para detener el curso de un embarazo.

La telemedicina (griego τελε (tele) que significa ‘distancia’ + medicina) es la prestación de servicios médicos a distancia, en este caso el servicio de aborto en línea. El aborto se realiza en casa antes de la novena semana de embarazo y los medicamentos o “kit de embarazo” se envían por correo después de una consulta en línea con un médico.

De acuerdo con la opinión de las personas que ofrecen este servicio, el aborto en casa además de proveer un “ambiente tranquilo” y “menos traumático” para la mujer, elimina otros peligros que podrían presentarse al realizarse en las clínicas, tales como la perforación del útero, infecciones, o hasta la misma muerte.

Sin embargo, por el conocimiento de grupos provida, y a través del testimonio de muchas mujeres que han atravesado por esta experiencia; sabemos que la práctica de un aborto, ya sea en una clínica o en casa, sí genera riesgos; y pone en peligro no solo la vida de la madre, sino también la vida del no-nacido.

Los síntomas principales luego de tomar la píldora abortiva son los dolores intensos, fiebre, diarrea, náuseas, vómitos, dolores de cabeza, escalofríos, cólicos y sangrado. No obstante, existen otros posibles riesgos, muchos peores que estos, entre los cuales se encuentran: que el medicamento no funcione y haya un aborto incompleto (expulsión parcial del tejido y de los productos de la gestación, ya que a veces no se logra eliminar todos los remanentes del embarazo); que se formen coágulos de sangre en el útero; que haya hemorragias muy abundantes o por períodos muy extensos; infecciones; reacciones alérgicas a uno de los medicamentos; entre otros.

A menudo, las mujeres deben someterse a un legrado, procedimiento que se realiza para raspar las paredes del útero; o a una cirugía histeroscópica, para observar el interior de la cavidad uterina y eliminar los restos que la medicación no haya expulsado.

Os compartimos el testimonio de Lourdes, que pertenece al equipo de AESVIDA. Ella indujo químicamente el aborto en su hogar. Desde su experiencia, además de padecer algunos de los síntomas físicos ya mencionados anteriormente,  esto afectó considerablemente su área emocional y psicológica. Tarde o temprano, terminaron sufriendo lo que se conoce como el “Síndrome Postaborto”. Depresión, ansiedad, sentimientos de vacío y de culpa, angustia, soledad, pensamientos suicidas y rabia, fueron solo algunas de las reacciones psicológicas que muchas de ellas experimentaron.

 Johanna Martínez Delgado

Psicóloga Clínica y Jurídica del equipo de AESVIDA.